lunes, 19 de marzo de 2012

Droga.

Eres una jodida droga. Mi droga. Estoy enganchada a ti y jamás tengo suficiente. Quiero más, y más y más. Rozar la línea de la sobredosis, esnifar tu olor con fuerza, y que se me quede guardado en mi memoria para cuando me entre el mono de ti. Pincharme cada una de tus palabras en mis venas. Alarmantemente una yonki de tu voz cada vez que me dices en voz baja que me quieres, mientras yo te pregunto (aun sabiéndolo) con voz de tonta "¿qué?" tan solo para que lo repitas y me vaya a dormir con una doble sonrisa. Para algunos, lo más desesperante es no querer desintoxicarme, si no querer morir contigo... ¿y sabes que? La felicidad es la clave para la vida. Cuando fui al colegio, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande. Escribí feliz. Me dijeron que yo no entendía la pregunta. Les dije que ellos no entendían la vida. Ahora mismo mi felicidad eres tu. Solía esperar a que algo cambiara mi vida, hasta que un día te encontré, o me encontraste no lo se muy bien, lo único que sé es que ahora que te tengo, no te quiero perder nunca, y quiero que me lo repitas las veces que haga falta... ¿Sabes?, me he pasado 18 años viendo así el mundo… haciéndome a la idea de que esto que tenemos delante es lo que hay, y que no podemos hacer nada al respecto. Pero entonces llegas tú. Tú y tu mirada irremediablemente bonita. Me abrazas y me das un beso lento o apasionado, me acaricias las muñecas y me clavas los ojos hasta el alma (tus ojos color verde que tanto me agradan). Me dices que me quieres y sonríes. Entonces pienso en todas las veces que he sido capaz de hacerte sonreír de esa manera... Puedo parecer algo tonta, pero de repente me siento capaz de cualquier cosa... Aveces creo volar, y sobretodo cuando te tengo cerca.

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